viernes, 17 de junio de 2011

TODAS LAS CANCIONES HABLAN DE MÍ



Año: 2010
País: España
Dirección: Jonás Trueba
Guión: Jonás Trueba, Daniel Rodríguez Gascón
Música: Varios
Fotografía: Santiago Racaj
Género: Drama


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“Todas las canciones hablan de mí” es pura poesía visual. Como si de un libro de poemas se tratase, dividido en siete capítulos, asistimos a la historia de Ramiro y Andrea, una historia de amor, de esas que marcan la vida de las personas y que permanecen para siempre escritas en las hojas de un libro.



La premisa de esta película a simple vista no parece gran cosa, de hecho es uno de los temas más recurrentes de la historia del cine. Pero el encanto de esta película radica esencialmente en cómo se nos cuenta esta historia. Las largas escenas de silencios incómodos, los momentos cotidianos mostrados con una gran autenticidad, los personajes que podríamos ser cualquiera de nosotros…

La historia se nos presenta desfragmentada, con voz en off y con momentos en los que los personajes hablan a cámara o transmiten sus pensamientos mientras hacen cosas cotidianas. Es la vida, mostrada tal y como es, sin adornos, sin tapujos; son los personajes que desnudan su interior para nosotros, que se nos muestran sin procesar, de eso nos tenemos que encargar nosotros.


Como bien dicen en un momento del filme, la mejor poesía no es la obvia, es aquella en la que el espectador tiene la importante tarea de analizar y procesar lo que está leyendo, o en este caso lo que está viendo.

“Todas las canciones hablan de mí” me ha llegado, me ha traspasado y me ha marcado, es de estas películas que descubren verdades. Y como el dice el título, todas las canciones y todas las películas, en mayor o menor medida, hablan de mí.

Y por supuesto, se merece cuatro estrellas y media.


jueves, 2 de junio de 2011

PLAY IT AGAIN, SAM (Sueños de un seductor)



Año: 1972
País: USA
Dirección: Herbert Ross
Guion: Woody Allen
Música: Billy Goldenberg
Fotografía: Owen Roizman
Género: Comedia
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Hoy tenía ganas de reírme pero con algo medianamente elaborado e inteligente, es por eso que me decidí por “Play it again, Sam” y no me defraudó para nada.

El filme, lejos de ser desternillante, está plagado de pequeños detalles que consiguen arrancar una sonrisa en el espectador y desde que van cinco minutos de metraje ya sabes que lo que vas a ver es bueno, realmente bueno.

Además, disfrutar de Woody Allen interpretando otra vez más el mismo personaje es algo de lo que no me canso. Y es que en “Play it again, Sam” se nos presenta a Allan, un pobre hombre al que acaba de abandonar su mujer, aburrido, hipocondríaco y con múltiples problemas para relacionarse con las otras personas, es el estereotipo Allen por antonomasia.


Y es que aunque esta película no está dirigida por Woody Allen, el guion, que sí lleva su nombre, nos transporta inmediatamente al universo Allen, con diálogos realmente ingeniosos y situaciones disparatadas que sólo podrían salir de la cabeza de semejante genio. Sí, creo que queda bien claro que soy un gran fan de este hombre.


A partir de esta película, Woody Allen tomaría el testigo como director prolífico y comenzaría a dirigir sus propios filmes, con una periodicidad de cinta por año, con mayor o menor acierto, porque en su inestable cinematografía podemos encontrar grandes cintas y grandes bodrios.

Volviendo a “Play it again, Sam”, nos encontramos con un hombre muy cinéfilo y extremadamente aburrido al que su mujer abandona. Son Dick y Linda, sus mejores amigos, los que le ayudan a salir de ese encallamiento emocional, llegando a confundir los sentimientos con Linda hasta el punto de acostarse juntos una noche.


Pero lo más reseñable de esta película es el uso del metalenguaje del cine, desde el título hasta el final de la película. El filme comienza con una secuencia de “Casablanca” y termina con un final casi idéntico al de “Casablanca”, en el que Dick y Linda se marchan en el avión y Allan se queda entre la niebla en el medio del aeropuerto, no sin que Humphrey Bogart le acompañe.

A lo largo de toda la película Humphrey se le aparece a Allan y le va dando consejos para ser un mejor seductor. Me ha fascinado especialmente la escena en la que Linda y Allan están en el sofá y Humphrey Bogart va aconsejando a Allan cual debe ser su siguiente paso para seducirla, hasta que aparece su ex mujer y mata a Humphrey…  


El inicio de la película, tras la secuencia de “Casablanca” es realmente bueno también. A través de una voz en off encubierta, es el propio Allan el que habla consigo mismo, se nos va contando la historia de su matrimonio. Este es un recurso que se usará varias veces a lo largo del filme.

También me gusta especialmente el recurso de las imaginaciones de Allan, en las cuales se le aparecen su ex y Humphrey. El hombre es capaz de mantener una conversación con sus imaginaciones mientras está con otra gente en la misma sala. Eso sí, no lo deja exento de parecer aún más raro de lo que es. De hecho me ha parecido bastante gracioso el momento en el que se encuentra con su ex en una tienda y él por un momento no reacciona, porque está acostumbrado a verla en su cabeza y no físicamente.

En definitiva, es una comedia de esas que te divierten, con un universo muy particular, el de Allen, que personalmente me fascina y con unos personajes para el recuerdo. Aunque no es de mis películas favoritas, sí reconozco muchos recursos que me han gustado e incluso sorprendido, es por eso que le doy tres estrellas y media.



miércoles, 1 de junio de 2011

RABBIT HOLE



Año: 2010
País: USA
Dirección: John Cameron Mitchell
Guion: David Lindsay-Abaire
Música: Anton Sanko
Fotografía: Frank G. DeMarco
Género: Drama
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Hoy me he decidido por una de esas películas del denominado “cine alternativo” de Estados Unidos: “Rabbit Hole”. Pero la película no destaca precisamente por ser demasiado “alternativa”. Si bien la historia no es del todo hollywoodiense, alternativa, lo que se dice alternativa, tampoco es.

Realmente no me habría gustado enfrentarme a la hoja en blanco con este proyecto, porque escribir una historia sobre el trauma de unos padres que han perdido a su hijo ocho meses atrás sin hacerlo barato y caer en lo de siempre me parece extremadamente difícil. Y más difícil todavía si debemos mantener el subtexto y no hacerlo todo demasiado obvio.

Al menos eso está conseguido en el largometraje. Tenemos una historia no demasiado fácil, basada en un libro (cuyo guion corre a cargo de la misma persona) y que no sobre explicita nada. Como espectadores no sabemos qué le pasa a ese matrimonio hasta bien avanzado el filme, porque las informaciones se nos van dando de forma racionada y en el momento justo, pena que en el tráiler y con la sobreinformación audiovisual a la que estamos sometidos hoy en día nos hayan estropeado esa sorpresa, porque desde luego, la película ganaría mucho más si podemos conocer la historia al ritmo que ha sido diseñada para descubrirla.


Me ha sorprendido positivamente el poco uso de los flashbacks. La mayoría de los guionistas que se enfrontasen a esta historia resolverían muchos momentos volviendo al pasado. Pero en “Rabbit Hole” se han decantado por el uso de vídeos incluidos dentro de la propia historia, me parece una muy buena decisión. Exceptuando un momento, en el que Becca recuerda el accidente (con planos muy poco obvios y explícitos ¡BIEN!), no se usan los flashbacks para nada. 



Esta es una película de las que me suelen gustar especialmente, pocos espacios, una historia pequeñita y pocos personajes llenos de matices. Y lo consigue, al menos podemos identificarnos con el matrimonio protagonista y con la madre de ella que ha pasado por lo mismo años atrás. Pero aunque me ha gustado, no me ha llegado a remover por dentro, no me ha emocionado especialmente y mira que lo he intentado.

Parece que cuando pierdes a un hijo todo el mundo tiene miedo de meter la pata o todo el mundo se compadece de ti o todo el mundo es demasiado insistente con el tema, eso también lo tenemos aquí, pero del mismo modo que antes, no ha conseguido llegar a mi fibra.

Lo que no acabo de entender del todo es la cantidad de nominaciones como mejor actriz que ha coleccionado Nicole Kidman con esta película, incluyendo el Oscar y El Globos¡ de Oro. Sí, todos sabemos que es una gran actriz (era mucho mejor cuando aún podía mover los músculos de la cara con naturalidad), pero en “Rabbit Hole” no hace un papel extremadamente difícil ni que vaya a permanecer para siempre en nuestras retinas. Está muy bien en su papel, pero nada más. Ella puede hacerlo mucho mejor, o al menos podía.

Para mí están mucho mejor su marido (interpretado por Aaron Eckhart) y su madre (interpretada por Dianne Wiest), de hecho ambos están espectaculares. Howie, el personaje de Aaron, comienza muy desdibujado y a la sombra de su mujer Becca y poco a poco va creciendo con la película y tomando las riendas. Del mismo modo que el personaje de Dianne, Nat, consigue mostrarnos lo hundida y acabada que está, pero que siempre encuentra algo por lo que moverse y seguir adelante.


La relación entre Becca y Howie es especialmente interesante, de hecho yo creía que acabarían separados y engañándose, pero aunque vemos que por momentos la tentación les acecha y a veces están más unidos y otras más separados, los dos consiguen sobreponerse y seguir luchando juntos, de hecho el plano final me parece que resuelve muy bien esta película, donde las palabras no son necesarias para decir que ambos seguirán ahí el uno para el otro, pase lo que pase. A veces cogerse de la mano soluciona muchos problemas.


En cuanto a la banda sonora no tengo mucho que decir, creo que es correcta, de hecho casi ni la he notado, por lo que no merece mención alguna para el recuerdo y consigue entremezclarse muy bien con la historia.

Como conclusión, “Rabbit Hole” es una historia que podía ser más de lo que fue. Está muy bien escrita y muy bien interpretada, es pequeña, es elegante, pero no ha conseguido lo que creo que deben hacer todas las películas: emocionarme. No me he removido y no he padecido demasiado por los personajes.

Por la buena interpretación pero especialmente por la extremada dificultad del guion le voy a dar a esta película tres estrellas y media.