AÑO: 2011
PAÍS: Galicia
DIRECTOR: Enrique Otero
GUIÓN: Enrique Otero, Miguel de Lira
MÚSICA: Pablo Pérez
FOTOGRAFÍA: Sergio Franco
GÉNERO: Road Movie, Comedia Dramática
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Antes de comenzar con mi análisis de esta película, debo decir que llevo más de un año esperando poder verla y que no puedo ser totalmente imparcial porque al tratarse de un producto hecho en Galicia, inevitablemente me acaba ganando la morriña y el cariño.
La historia arranca con una presentación animada, muy acertada bajo mi punto de vista ya que ayuda a crear una atmósfera de fantasía que acompaña a toda la película.
Es bien cierto que estamos ante un producto cinematográfico poco convencional. Una “road movie” con dos personajes protagonistas nada al uso que recorren Galicia persiguiendo a su vaca que se les ha escapado, pero de lo que podría ser a lo que finalmente es hay un gran trecho.
Por una parte tenemos a los dos hermanos: gallegos de madre, alemanes de padre; que son arrastrados por la corriente junto a su querida vaca. Tenemos a los norteamericanos esperando en un submarino a tomar tierra. Y tenemos a un grupo de alemanes, bastante tontos y torpes, que van en busca de un piloto compatriota suyo que se ha perdido. Estamos por tanto en la época de las dictaduras: Franco en España y Hitler en Alemania. Y los norteamericanos vienen a “salvarnos”, cosa que de por sí ya causa bastante risa y más cuando uno de los norteamericanos es el grandísmo Luís Tosar, aunque yo me esperaba verlo actuar en gallego, que ya son años.
No creáis que no he sentido un poco de decepción al descubrir que en la película se habla más alemán e inglés que gallego, ya que los personajes gallegos no son de muchas palabras, al menos en eso caracteriza bien nuestra personalidad.
Nada más comenzar la película queda clarísimo que estamos ante un mundo nuevo, diferente, que denominaré el “Universo Crebinsky”. Y en este Universo cabe de todo. Una estética especialmente cuidada, desde aquí felicito al equipo de arte que es brillante y una fotografía que consigue lucir, aún más si cabe, el hermoso paisaje gallego.
Un equipo de interpretación excelente, una dirección de arte maravillosa y una fotografía espectacular, pero “Crebinsky” para mí falla en lo más básico: la historia.
Es cierto que es divertida, pero no desternillante. Es cierto también que es surrealista, pero no en exceso. No sé si por miedo o por qué, pero les ha faltado arriesgar. No sé los demás, pero yo he disfrutado con los inventos que los hermanos tienen para mantener el fuego encendido o con la inocencia de unas personas que confunden una granada de mano con una piña para hacer fuego.
Quizás lo que mueve la historia no es lo suficientemente potente para conseguir que ésta se sostenga como debería. En muchos momentos parece que no esté sucediendo nada y en muchos otros el espectador está tan desconcertado que no sabe ni lo que está pasando. Un ejemplo es el personaje interpretado por Celso Bugallo, que envía y recibe mensajes a través de una paloma y que yo por lo menos no he sido capaz de descubrir qué es lo que hace ahí exactamente.
En definitiva. Es innovadora, no se puede negar. Es surrealista, sí. Es divertida, en algunos momentos. Es lenta, a veces. Les ha faltado arriesgar un poco más, atar algunos cabos que se han quedado por ahí y bueno, al menos el final (sobre el que yo aún sigo pensando) es coherente con ese surrealismo y te deja con la sensación de: ¿Pero así acaba?.
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